Tantas cosas que se dicen, tantas cosas que se oyen, que se suponen, que se inventan, que se ocultan, que se ningunean o que se ridiculizan… pero al final, todas estamos hablando de la República, la monarquía, los Borbones y el referéndum. Ha golpeado fuerte. Y, como es obvio, porque me toca la vena sensible, yo también quiero expresarme.
Yo he de decir que este tema me parece algo secundario. Secundario si lo comparamos con otros temas como es el hecho de que haya menores que no tengan comida y estén acudiendo a comedores sociales; que haya personas de la tercera edad sin acceso a sus medicamentos; o que haya todo tipo de personas entre ambas generaciones con vidas poco dignas ya sea porque les han engañado y les han echado de sus casas, porque no pueden ser independientes o porque están explotados cual esclavos… AHORA, para todas las personas que utilizan ese argumento para desvirtuar y menospreciar el movimiento antimonárquico que se ha impulsado tras la abdicación del – esperemos último - Borbón, deciros que estáis muy lejos de lo que yo considero mi realidad. Y esa realidad es que una monarquía es un insulto, un escupitajo a la cara o un trato de “tienes 4 años y no tienes ni idea así que haz lo que yo te diga porque esta es mi casa y estas son mis normas” para cualquier persona que tenga dos dedos de mente democrática.
¿Qué clase de persona con algún conocimiento sobre democracia podría aceptar un régimen faraónico? ¿Qué clase de demócratas aceptan la supremacía de la sangre por pertenecer a una familia – que por cierto, tanto follar entre ellos algo tontos sí que se han quedado – o aceptan que haya un individuo por encima de la ley? Esa misma ley que nos está puteando a todas ahora mismo y, que en el caso de que decidiera saltársela, seríamos otra vez los súbditos y súbditas – que lamentable tener que usar esa palabra para describirnos – los que pagaríamos por sus actos…
Sólo por eso, para cualquier persona que crea en la democracia, por el insulto a nuestra libertad y a nuestros derechos, no hay más que discutir: fuera la monarquía. Y no hay que dejar pasar esta oportunidad. Los Borbones fuera sin ningún tipo de excusa. Porque excusas se sacan de todos lados.
En este artículo que no llegué a terminar de leer el otro día, hablaba de los argumentos a favor de la monarquía que decían cosas tipo:
“El Presidente de la República es una figura ideológica, de derechas o de izquierdas. En este sentido, el monarca es neutro…” Me da la sensación de que la frase cojea por todos lados.
Decir que el monarca es neutro me sorprende – por decirlo suavemente. El rey es uno más de la oligarquía dominante. Nunca será neutro. Siempre tenderá a ser conservador porque querrá mantener su puesto de privilegio. Siempre utilizará sus hilos para quedarse donde está y, para ello, lamerá el culo a todo lobby viviente que sea necesario. Con lo cual, de neutro poco. Si nos situamos en el contexto actual histórico, el rey será Neoliberal como poco.
Y, es cierto que creo que, en el panorama actual, un presidente de la república sería más o menos lo mismo. Tendría de izquierdas lo que quedase en su vida privada. Pero de puertas para fuera, no tendría más remedio que doblegarse a las presiones – o amoldarse cómodamente a la vida de rey durante 4 años. Pero al menos no tendríamos que sufrir la imposición eterna de “El Elegido de Dios” – me refiero al rey, por supuesto. Podrá sonar muy simple, pero para que me mal represente siempre el mismo tío impunemente prefiero poder elegir yo quién lo hace.
Por cierto, el hecho de que sea irresponsable e impune me hace dudar todavía más de esa capacidad para mantenerse neutro.
“La persona que heredará la corona dedica todos sus años de educación a prepararse para ser rey. No sucede lo mismo con la persona que ocupa un puesto de Presidente de la República.”
Lo único que distingue al rey de otras muchas personas que practican a diario las mismas funciones es que el rey tiene un componente de hombre florero. Presidentes, diplomáticos, magnates, relaciones públicas de grandes empresas,… Todos esos cargos realizan funciones similares que, en muchas ocasiones, son mucho más decisivas que las que realiza nuestro queridísimo monarca.
La diferencia radica, tal y como yo lo veo, es que en la educación de un rey –respecto a la que reciben los demás - añaden: “y si lo haces mal, no te preocupes. Pide un perdón así que parezca sincero y sigue sin más”
“El fin del Rey no es la conservación del puesto, sino sus funciones, pues su puesto está asegurado de por vida. En cambio, el puesto del Presidente de la República es elegido democráticamente, por lo que inevitablemente algunas de sus acciones se dirigirán a la conservación del puesto y a la reelección, y no a su más óptima ejercitación.”
En este punto voy a tener que decir que sí tiene algo de razón, en la segunda parte. Pero, joder, a mí no me supone ningún consuelo ni me genera ninguna confianza que sea cargo vitalicio. Hala! Manga ancha pa ti!
Este tipo de cosas genera autoritarismo y despotismo. Un presidente de la república no podría ejercer ambas cosas tan fácilmente como un rey. Un presidente de la república se debe a su electorado, cierto, pero precisamente por eso, y porque su mandato es temporal, no puede hacer lo que se le antoje. Me parece demagogia referirse a hacer lo que el electorado quiere como algo sólo hecho para conservar el puesto. Qué también sucederá, pero está trivializando los otros posibles casos en los que sus decisiones se aferren a una ideología por la que fue elegida o que estén llevadas a cabo porque así lo quiere la ciudadanía.
He entrado a rebatir este punto, omitiendo que las funciones del rey son bastante banales.
“Paradójicamente, aunque no estén elegidos de manera democrática, los Reyes suelen gozar de una aceptación más amplia entre la población que los Presidente de la República.”
Por lo tanto, para el próximo Gran Hermano, deberíamos proponer a Felipe VI para que participe. Así nos aseguraremos grande índices de audiencia – dijo Paolo Vasile frotándose las manos.
“El rey puede llegar a ser una figura de lobby que consiga ventajas económicas para sus empresas nacionales en otros países monárquicos, papel que un Presidente de República no podría llegar a desempeñar.”
Este argumento podría tener sentido si el lobby fuera defender a sus súbditos, pero no. En el régimen de hoy en día, el lobby va a defender a los grandes capitales, al heteropatriacapitalismo y a su propio bolsillo. Además, el lobby que la ciudadanía necesita es el compuesto por la propia ciudadanía. Un presidente electo está mucho más próximo de responder a lo que los electores reclaman que un monarca que está todavía más fuera de la realidad; un monarca que ha crecido entre algodones, educado exclusivamente para ser rey, es decir, educado para ser único, diferente y superior al resto de sus vasallos. Realmente queremos que ese sea nuestro lobby? Yo no.
Asi que por todo eso, y porque realmente me parece un insulto en cada una de nuestras caras, la monarquía tiene que desaparecer. Ese escupitajo en las caras de los plebeyos que ya se han dado cuenta de que la monarquía sólo se sustenta porque nos la impusieron y, por inercia, ha estado más o menos tranquila. Menos de un 40% del electorado actual ha votado este régimen medieval. Vergonzoso que nos quieran imponer a otro Borbón más sin siquiera plantearse que tendrían que preguntarnos. Y aun así, si se dignarán a preguntarnos, lamentable me parecería que la monarquía durará un minuto más.
Por eso #ReferendumYA #Aboliciónmonarquía y #quesemetanpordondelesquepasucoronita